
¿Qué es el aprendizaje basado en proyectos (ABP)?
Supongamos que trabajamos en una empresa y que nuestro jefe nos hace una pregunta para la que no tenemos respuesta. ¿Qué hacemos?: Buscamos información, comparamos distintas opciones, preguntamos a nuestros compañeros de departamento o de otras divisiones para conseguir dar la respuesta más certera.
Si además esa respuesta tiene que ofrecer una solución a una problemática concreta, con unos objetivos claros, y debemos plasmarla en una propuesta o producto final, estaremos ante un proyecto.
Trasladémonos al mundo educativo para hablar de ABP. En líneas generales, lo que se pretende con el Aprendizaje Basado en Proyectos es que los alumnos participen en la construcción de sus propios aprendizajes, mediante la investigación y resolución de un determinado problema, para poder elaborar una propuesta que plasme dicha solución, teniendo claros los objetivos y la evaluación del aprendizaje adquirido.
En este sentido, no es tan importante que el producto o propuesta final sea perfecto. Lo que realmente importa es el proceso de aprendizaje que ha llevado al alumno a dar una respuesta concreta, para resolver un problema la forma más realista posible.
Ahora volvamos al caso inicial, donde el trabajador debe dar una respuesta a su jefe, e imaginemos que el jefe describe a su empleado, con pelos y señales, lo que debe saber para poder contestar a la pregunta. Es probable que el trabajador conteste a la pregunta repitiendo los datos que el jefe le ha dado. El jefe observará que su empleado lo ha escuchado atentamente y ha sido capaz de contestar como él esperaba y ahí acabará todo.
¿Es eso lo que busca el mercado laboral de cualquier trabajador? ¿Son los jefes los que tienen toda la información y sus empleados se limitan a repetir lo que se les cuenta? ¿Es importante tener iniciativa a la hora de resolver los problemas que surgen en cada puesto de trabajo? ¿Debería un médico seguir al pie de la letra una teoría si, en mitad de una operación, surge alguna complicación o debería ser capaz de tomar decisiones?
El Aprendizaje Basado en Proyectos incentiva a los alumnos a tomar decisiones; invita a la reflexión, a la discriminación de información y a la colaboración; permite el error y acerca a los alumnos a la realidad del mundo que los rodea.
En definitiva, prepara a los alumnos para su futuro personal y laboral desde que son pequeños, pues podemos empezar a trabajar por proyectos a cualquier edad, claro está, adaptándonos a la madurez del niño y utilizando los recursos necesarios para nutrir y estimular sus cerebros plásticos.
En todo este proceso de aprendizaje, los alumnos deberán hacer uso de herramientas digitales, realizarán trabajo de campo, se reunirán con expertos del mundo adulto, etc. En definitiva, llevarán los contenidos académicos a un nivel superior donde, por ejemplo, la I Guerra Mundial no se considerará solo un dato histórico, sino un problema social, económico, político, territorial y moral que ellos habrán de procesar para comprender las consecuencias que tendría en el tiempo presente y buscarán soluciones para que no suceda algo igual.
Algunos pensarán ¿y cómo aprenden los niños, si nadie les cuenta nada? Las metodologías activas no implican el olvido de los contenidos académicos. Al contrario, los docentes que aplican un aprendizaje de este tipo realizan evaluaciones previas, exposiciones, preguntas de comprensión y contextualización del tema, entregan a sus alumnos materiales bien preparados y objetivos perfectamente diseñados para que los niños y jóvenes tengan una guía clara de lo que deben investigar y qué se les está pidiendo.
Sin embargo, ellos mismos serán responsables de hallar la respuesta más acertada, mediante la indagación y la experimentación. De hecho, en la construcción del producto o propuesta final, tendrán que aplicar todos los conocimientos adquiridos y el docente apoyará cada paso que den, para intentar evitar desviaciones, guiando el correcto aprendizaje de los alumnos.
Pero, ¿qué pasa con la memoria? ¿Debemos olvidarnos de la memorización de determinados datos? Para dar respuesta a esta pregunta, os lanzaré otra: ¿Es necesario saber de memoria las tablas de multiplicar o basta con comprenderlas?
Es evidente que una vez que comprendemos el concepto de la multiplicación, debemos memorizar las tablas de multiplicar para agilizar el cálculo matemático. Solo de este modo podremos resolver preguntas sencillas o planificar situaciones cotidianas.
Veamos un ejemplo de mini proyecto: Vamos a planificar la compra semanal de un hogar, teniendo en cuenta que debemos preparar un menú saludable, minimizando al máximo el desperdicio de alimentos para reducir nuestra huella ambiental. Sabemos que en el hogar objeto de estudio se consumen 3 yogures diarios, 8 piezas de fruta semanales, 300 gr de jamón york a la semana; se ponen 4 lavadoras semanales usando 15ml de jabón y 10ml de suavizante por cada lavadora, etc.
Fijaos que hemos planteado una problemática sencilla para la que los alumnos deban ser capaces de planificar la compra semanal e investigar sobre los desperdicios y el reciclaje. Podrán hablar con expertos en nutrición y plantear una solución donde, en todo momento, harán uso de datos que tienen retenidos en su memoria a largo plazo, como pueden ser las tablas de multiplicar, para obtener el número de yogures que deben comprar o resolver los litros de jabón necesarios para una semana, averiguando qué recipiente será más económico y el de mejor rendimiento para su hogar en concreto.
Sí, es verdad que podrán utilizar la calculadora, pero la agilidad mental será un bien muy preciado para su futuro personal y profesional, que les evitará perder tiempo en operaciones sencillas y les permitirá ser más ágiles en su toma de decisiones.
Desde las edades más tempranas podemos trabajar por proyectos, ofreciendo a los niños experiencias, vivencias y vocabulario que harán crecer sus conocimientos en todos los ámbitos y mejorar su autoestima.
www.abpkids.com nace para ofrecer propuestas educativas basadas en metodologías activas, que pongan al alcance de docentes y familias proyectos de interés para el desarrollo integral del niño. En ese desarrollo, nuestro proyecto empieza desde los cimientos e irá construyendo nuevas propuestas para abarcar los contenidos y competencias que deben alcanzar los alumnos desde los 3 a los 8 años.
El Aprendizaje basado en Proyectos debe formar parte del modo de entender la educación del presente, pues solo desarrollando estas habilidades en los niños de hoy, conseguiremos que los adultos futuros sean personas resolutivas, reflexivas y tengan las herramientas necesarias para desenvolverse en el siglo que les corresponde vivir.