
LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA.
Estimulación temprana. Hoy en día, las familias y los colegios buscan caminar al unísono para que la niñez pueda desarrollar su máximo potencial.
Esto ha supuesto que muchos padres y madres busquen distintos modelos pedagógicos con el fin de poder dar a sus hijos el mejor apoyo posible.
En esta búsqueda, no guiada por ningún especialista, las familias se pueden encontrar con infinidad de métodos y programas formativos que invaden el mercado digital.
Algunos hablan de permitir al niño madurar a su ritmo, otros buscan el desarrollo temprano de ciertas competencias y otros abogan por las actividades deportivas para desarrollar las habilidades motoras. Todas estas propuestas persiguen el desarrollo madurativo del niño y todas podrían encajar en lo que se denomina estimulación temprana.
La estimulación temprana pretende reforzar el desarrollo del niño, creando entornos enriquecidos que les permitan desarrollar al máximo sus capacidades intelectuales.
Todo esto no debe confundirse con programas que mantengan a los niños todo el día asfixiados entre tareas y deportes.
Los programas de intervención temprana aproximan a los niños el conocimiento y sacian la curiosidad propia de esa etapa, actuando sobre áreas del neurodesarrollo infantil, como el lenguaje y la comunicación, la autonomía personal y el desarrollo motor, las relaciones sociales y su capacidad para interactuar con los entornos físicos más cercanos.
En otras palabras, dar a los más pequeños la posibilidad de tener una vida intelectual rica, una buena actividad física y una alimentación saludable es la base para tener una buena salud cerebral.
Desde el ámbito del hogar, se pueden crear entornos ricos en estímulos y aprendizaje con tareas como:
- Leer cuentos cada día.
- Procurar mantener un ambiente calmado.
- Disfrutar de cualquier tipo de música: clásica, pop, infantil, etc.
- Permitir el gateo y la autonomía de movimiento del niño.
- Fomentar el juego en familia: palmas, carreras de gateo o de cualquier otro formato, lanzar la pelota, amasar plastilina, saltar, pintar, etc.
- Promover el ejercicio acorde a la edad del niño.
- Disfrutar de actividades al aire libre para descubrir el entorno.
- Respetar los horarios de comida y sueño, y cuidar la alimentación.
- Facilitar las relaciones sociales entre iguales.
Además de estos estímulos, existen otros muy interesantes que han conseguido magníficos resultados y son muy atractivos y entretenidos para los niños. El método Doman de los bits de inteligencia ayuda en el desarrollo cognitivo del niño de 0 a 6 años. Mediante este método de aprendizaje, los pequeños descubren y reconocen nuevo vocabulario y mejoran su concentración, entre otros muchos aspectos del neurodesarrollo.
La plasticidad cerebral de los niños con edades entre 0 y 6 años hace de este período un momento ideal para establecer conexiones y alcanzar un desarrollo óptimo.
Los entornos enriquecidos deben fortalecer todos los aspectos que atañan al desarrollo del niño, por lo que el método de los bits de inteligencia debe apoyarse con tareas sencillas, como las mencionadas antes, que permitan a los más pequeños asociar los nuevos conceptos aprendidos con su entorno y realidad más cercana o entornos aún por descubrir.
De este modo estaremos estableciendo un aprendizaje significativo y eficaz para el cerebro del niño
Si queremos formar personas con una buena salud mental, debemos ser responsables con las opciones culturales y deportivas que ponemos a su alcance en sus primeros años de vida. De ello dependerá su educación en el presente y sentará buenos hábitos para el futuro.
Los centros educativos y las familias son los máximos responsables de conseguir una sociedad más equilibrada intelectual, emocional y físicamente hablando.