LA CULTURA DEL PENSAMIENTO: RUTINAS Y DESTREZAS DE PENSAMIENTO.

Tenemos a nuestro alcance posibilidades infinitas de acceso a la información, a contenidos educativos, a vídeos tutoriales, a opiniones en las redes sociales, etc.

A golpe de “click” nuestros alumnos podrían realizar cualquier trabajo que se les plantease en clase. Podrían hacerlo solos, en equipo e incluso conectados en red.

Sin embargo, en muchos casos, los alumnos se limitan a buscar la información, modificarla para que no sea una copia y plasmarla en un documento o presentación que, después trasladarán al docente o al grupo de aula para ser evaluados.

Es en este punto, en el que entra en juego la “cultura del pensamiento”. Desde las aulas debemos dar herramientas a los niños y jóvenes para ser capaces de realizar una reflexión sobre la información que encuentran en los distintos entornos digitales.

Para ello, alumnos y docentes, debemos dar un paso más analizando de manera crítica y reflexiva la información que nos llega, para descubrir la veracidad o subjetividad de los datos que vamos a aceptar como parte de nuestro saber:

  • Reflexionar sobre la biografía de un autor, para comprender el porqué de sus afirmaciones.
  • Descomponer un tema, para comprender la importancia de cada una de sus partes.
  • Contrastar datos y compararlos, para tomar decisiones.
  • Pensar sobre aquello que conocemos y cómo hemos modificado nuestro conocimiento tras investigar sobre un determinado tema.
  • Conectar el conocimiento, trabajando con proyectos interdisciplinares.

Para formar el pensamiento de nuestros alumnos hay que trabajar desde los propios curriculums, incluyendo estas rutinas dentro de cada una de las tareas planteadas en el día a día del aula.

Así, los centros educativos deberían concretar el modo en que van a desarrollar estas habilidades de pensamiento en su proyecto de centro, para lo que deberán:

  • Formar a todos los docentes en herramientas de trabajo: Rutinas y destrezas de pensamiento.
  • Contemplar cómo van a trabajar el pensamiento en cada materia.
  • Plantear objetivos generales por proyecto e individuales de cada asignatura.
  • Concretar las actividades que se van a llevar a cabo teniendo en cuenta la madurez de los alumnos en los distintos proyectos.
  • Formar a los alumnos sobre la importancia de ser conscientes de su proceso de aprendizaje: metacognición.
  • Permitir tiempo de reflexión grupal e individual antes de comenzar un tema o unidad nueva.

Los alumnos recibirán, así, la formación necesaria para despertar su capacidad de reflexionar y tomar decisiones de un modo eficaz.

Las rutinas y destrezas de pensamiento serán las mejores herramientas para que los alumnos trabajen estas habilidades, permitiéndoles hacer visibles sus pensamientos y el proceso que han seguido para llegar a una determinada conclusión.

De este modo van a adquirir patrones de pensamiento para reflexionar sobre el conocimiento adquirido en una determinada materia o para tomar decisiones de un modo planificado y coherente. Se convertirán, en definitiva, en “Pensadores Eficaces” con capacidad para reflexionar sobre su propio proceso de pensamiento.

En un entorno tan cambiante, debemos formar personas reflexivas, éticas y maduras para tomar buenas decisiones tanto para ellos mismos, como para el mundo que les rodea.